lunes, 1 de junio de 2009

QUERIDO BLOG.......
Hoy me ha comentado Elena , que en el libro que esta leyendo de Fabio Volo, "Un día más", su protagonista dedica su atención a una cuestión tan banal como la ropa en casa. El tiempo que le dedicamos una y otra vez.
Al hilo de esto surgen las diferentes tipologias de entes que habitan en nuestras casas.
Los más famosos pueden ser "las pelusas", que incluso ceden su nombre a modo de mote. Estos entes son los que se han adaptado de mejor manera a la convivencia con el ser humano. Suelen vivir agrupados y formándose todos bajo mismo patrón, pues a partir de la unión inicial de varios pelos, a ellos se agregan todo tipo de partículas inestructuradas. Se aprovechan de la presencia humana y los necesitan para desarrollarse, pero al mismo tiempo son muy reservados. Prefieren pasar desapercibidos, se esconden tras los armarios, bajo los sofás, en los bordes de las alfombras. Sin embargo tienen un punto débil, su curiosidad. No hay más que mover algún mueble, para verlos asomar, y correr con la intención de agregar más ´partículas a su estructura corpórea. Es el momento en que el hombre, siguiendo un instinto irracional acaba con ellos guiado por un terror onírico, que le hace ver a las pelusas como posibles seres que crecen indefinidamente hasta hacerse con el dominio de todo espacio habitable.
Otro de los entes que habitan nuestras casas son las vajillas, que día tras día se empeñan en salir de los armarios y de los cajones, sin embargo, estos a diferencia de las pelusas tienen una capacidad de reproducción limitada, muy limitada. Pueden salir y amontonarse en las fregaderas, crear un estado de psicosis matinal al abrir la puerta de la cocina, pero tranquilos, de hay no pasan. Aunque son insistentes, son muy fáciles de combatir. Por un lado está un sistema inventado hace veinticinco años que lleva el nombre de lavavajillas, y por otro un sistema más reciente que responde al nombre de vajilla de plástico, que encima se recicla y no gasta agua.
Pero hay que darle la razón a Fabio Volo, el ente más peligroso en una casa es la ropa sucia. Conocemos su sistema básico de comportamiento; se ensucia, se lava, se seca, se plancha y se guarda. Pero realmente ese no es su peligro. Podemos intentar engañar el proceso de comportamiento con colonias, desodorantes, alargando las puestas, etc..pero su verdadero peligro es su capacidad de amontonamiento. Se amontona, siempre se amontona, es irremediable, es su ser.
Cuando se ensucia, se amontona para ser lavada, cuando se lava, se amontona para ser tendida, cuando se seca se amontona para ser planchada, cuando se plancha se amontona para se recogida. Si pretendes engañarla con más puestas, se amontona en la silla de la habitación, creando incluso montones selectivos que dependen del grado de suciedad, y además tiene capacidad de reproducción y combinación casi infinita, gracias al popular fondo de armario.
No nos queda otra que asumir y convivir con ellos...suerte a todos.

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