miércoles, 8 de octubre de 2008











Me gustaria situar un poco en centro de cerámica contemporánea Flicam.




Está en la ciudad de Fuping, entre Xian a 80 km y otra ciudad a 40 km dedicada a la industria aeronáutica militar. Es decir, parece una ciudad de frontera que no le importa a nadie.




La primera y segunda imagen solo estan a 200 metros de las últimas, y es en ese caos y cambio en el que se mueve Fuping, en todos los sentidos.



Fuping, ciudad de frontera en medio de China.
Polvo, contaminación, caos e inocencia. Un taylor rich, unas vías de tren peligrosas escondidas tras oscuras tapias, cerveza caliente bebida a golpe de juego de dados, muchachas frágiles de piel blanca.
Vida callejera de compraventa. Pólvora mezclada con tabaco. Ruidos de urbe. Cenas en la calle ajenas a los ojos curiosos.
Fuping sabe a tango, sucio y ruidoso, a focos por la espalda, a suelo de tierra.
Fuping sabe a bolero, amable y dulce, a cuello de mujer,a respiración onda.
En medio de nada, donde a nadie importa, vive, late y crece. Deja cadáveres exquisitos con sabor de viejo. Con polvo marrón, con polvo gris, con polvo carbón.
Fuping baila con ritmos extraños, entrecortados, con entrega y sin pasión.
Fuping baila a los ojos de todos, Fuping baila Fuping.
Hogueras en la calle, claxon permanente, donde moverse es cuestión de vida o vida.
Orden ruidoso, sonrisa mellada, zapatos de piel ajada.







No hay comentarios: