domingo, 29 de noviembre de 2009

MADOLA. El cos.




Hasta el próximo 20 de diciembre de 2009 puede verse en el Taller-Escuela Cerámica de Muel (Zaragoza, España) la exposición "El Cos", de la artista catalana Madola. Esta muestra amplia la exposición que hace unos meses realizo en el Museo González Martí de Valencia (España). Viendo a Madola y sus trabajos, uno hace un esfuerzo para imaginarsela trabajando y transmitiendo a lgran energia y fuerza que tienen sus obras.
Más información sobre su trabajo en http://www.madola.com/

Titulada “El cuerpo”, la muestra exhibe la producción de la ceramista en los años 2003 a 2007 en torno al tema del cuerpo humano. Madola ya trató este tema en su obra en los años 1972-1975, con obras menos toscas que las que aquí se presentan, pero con un contenido simbólico estrechamente relacionado con sus vivencias personales, aspecto que encontramos igualmente en esta serie más reciente. Las piezas expuestas están realizadas con arcilla chamotada de color claro realzado únicamente por algunos toques de óxido de cobalto y cloruro férrico. Representan fragmentos del cuerpo humano (cabezas, pies, manos, piernas…) que transmiten una sensación de desgarramiento y dolor procedentes de la experiencia y vida personal de la ceramista. Además de fragmentadas, las partes del cuerpo aparecen deformadas o con abolladuras lo que contribuye a incrementar esa sensación de sufrimiento.
Y, si la década de los noventa fue la más arquitectónica, la más directamente relacionada con las construcciones del siglo XX (…), con el cambio de siglo recuperó la figura humana y las referencias corpóreas. En este momento las manos, piernas, pies y torsos se convirtieron en los protagonistas de los bloques cerámicos, que fueron perdiendo el color para dejar que las tierras naturales mostraran toda su expresividad. Y es en esta obra dónde descubrimos un regreso a su punto de partida, a aquellas maternidades de los años setenta, pero tratadas con una libertad y desinhibición que sólo el dominio del oficio y de las ideas puede permitir. Las masas seguían siendo convulsionadas, el tratamiento de la materia, violento y todo
respiraba una fuerza geológica, que rehuía los refinamientos para concentrarse en la
contundencia formal, siempre revelando sus esencias mediterráneas.
Daniel Giralt-Miracle, Madola, del siglo XX al siglo XXI, extracto del catálogo “Madola. El cos 2003-2007”
Imágenes facilitadas por el Taller-Escuela Cerámica de Muel

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