domingo, 1 de enero de 2012

MAESTROS DE LA CERÁMICA Y SUS ESCUELAS. ENRIC MESTRE. (3/8). Bibiana Martínez, Carmen Ballester, Carmen Marcos.

Tercera entrega de la exposición MAESTROS DE LA CERÁMICA Y SUS ESCUELAS.ENRIC MESTRE. En esta ocasión, con las imágenes de Andrés Ferrer y los textos de Rosa Ulpiano, muestro las obras de Bibiana Martínez, Carmen Ballester, Carmen Marcos, cargadas de simbología y plasticidad.

BIBIANA MARTÍNEZ
Bibina Martinez. Que bien que viniste. 2011. 20x25 cm.

Jardín japones. 2008/2011. 65x160x110 cms
Bibiana Martínez (Logroño, 1973), recientemente galardonada con la Mención Honorífica de Escultura en el XXXVII Premio Bancaja de Pintura, Escultura y Arte Digital en Valencia, nos presenta una serie de composiciones escultóricas, -que bajo títulos tan diversos como jardín japonés”, “¡Qué bien que viniste!”, “!Qué rico está todo!” o “La abuela nos enseña” – suscitan al espectador pasiones y emociones encontradas.

Se puede identificar que su trabajo explora y significa la materialidad de su entorno. En este sentido es posible afirmar que trabaja con una sensibilidad propia de lo escultórico, en la que se involucran nociones como las de volumen, objeto y extensión. Al trabajar con la porcelana, Bibiana destaca sus límites, topología y superficies, junto con el valor cultural de los materiales, principalmente la cerámica que apoya sobre moqueta. Una serie de esculturas con aspecto de recipiente, aparentemente extraídos de sus contextos originales y transformados, conforman la obra de Bibiana, cuyo análisis inicial está sometido a un riguroso estudio informático y tecnológico presente en sus bocetos. Pero el objeto resultante no es el mismo, algo ha cambiado en él, el proceso de modelado significa su materialidad, destacando su forma y haciendo consciente al espectador de su presencia. Los objetos o esculturas resultantes no pasan desapercibidos frente a nosotros, se nos presentan con un carácter inusual y extraño que nos invita a reflexionar.

CARMEN BALLESTER

Carmen Ballester - El Carmen de Carmen. 2007. Instalación.160 X 160X150 altura aprox.
La castellonense Carmen Ballester (Onda, 1947) investiga la sutileza del espacio compositivo mediante geometrías superpuestas, cuyo resultado es producto de la intersección de elementos cromáticos ajenos a la cerámica que provocan una tenue sensibilidad poética, aportando transparencia, ligereza, sinuosidad  y movimiento a su obra. La instalación “El Carmen de Carmen”, -realizada en  porcelana, acero, papel e hilatura-  renueva su constante sencillez constructiva, amenizada mediante  la seriación, la construcción espacial estructurada mediante  flotantes formas dinámicas. Un juego que como índica la propia artista: “invita a moverlas, a tocarlas, a agruparlas y de dispersarlas, a buscar en ellas un sinfín de posibilidades plásticas”. La repetición de las piezas y su impoluto cromatismo blanco, hace que el conjunto se trasvista, en diferentes composiciones, a través de las luces, reflejos y sombras del espacio.

CARMEN MARCOS
Carmen Marcos. Entre tu y yo I. 2009 116x30x13 cm.

Carmen Marcos. Entre tu yo II. 2010.47x18x25cm.

Carmen Marcos.  Entre tu y yo III. 2010. 47x18x12 cm

Carmen Marcos.  Mujer hoja. 2005. 45x60x40 cm.
Carmen Marcos (Valencia, 1965) con una delicadeza propia de una miniaturista desarrolla piezas de gran plasticidad y fragilidad geométrica matizadas por sutiles sensaciones y sentimientos propios de la autora. La ceramista nos presenta las series de “Mujer hoja”, o “Entre tú y yo” realizadas con gres y caolín que favorece la creación de campos sugerentes, sensuales e irreales. Evanescencias que van destruyendo cualquier referencia al objeto e insertándose en un conjunto de figuras que denotan una expresión particular, y en la que la penetración del cromatismo extraído, del material da la forma a estas insinuantes composiciones.

Su buen oficio se adapta a los requisitos estéticos del tiempo, que van denostando recursos estéticos del momento y procesos del pasado con gran rapidez. Una apuesta a la simplicidad, a través de composiciones escuetas, en las que los contenidos no se dispersan anulando fuerza a las obras. En conjunto, representa una suerte de alegoría al intimismo y la vida personal de la autora, representado mediante la delicadeza y la envoltura de las esculturas.